Cada medio tiene una limitación frente a lo digital: en la prensa es difícil reemplazar al papel por uno virtual; la radio debe desarrollar software que permita bajar mejor y más rápido sus mensajes; y la TV refuerza las programaciones tradicionales.
El espacio desmedido de Internet nos proporciona mayor volumen de información, aunque la información se ha un poco confiable e impalpable, los mensajes masivos, grupales o personales, están ahí, esperando que cada vez más seamos capaces de sacarles provecho.
La función de distribución que ejerce Internet con los medios tradicionales, tenderá a ser temporal en la medida que se superen las limitaciones de manejo de las redes. Esto se trata de una transformación que llevaría al Internet ideal que dejará de ser distribuidor de otros, para convertirse en un medio masivo en sí mismo.
Según James Curran cuando Internet opera como distribuidor de otros medios (radio, prensa y TV), experimenta las presiones, entre ellas destacan las restricciones de la estructura empresarial de los medios tradicionales: en la entrada al mercado, debido a que los medios impiden la aparición de otros nuevos que implican competencia; aumenta el corporativismo en la propiedad de los medios por cuanto son reflejo de una realidad existente en los formatos tradicionales; y se fortalece la concentración de los medios de difusión en pocas manos, fenómenos que se han ido acentuando en los últimos veinte años.
Las grandes cadenas de telecomunicaciones y de medios, poco a poco están trasladando esta lógica al movimiento de las redes. Internet experimenta ahora, entre otros, dos peligros acerca de los cuales es necesario estar advertidos: un creciente proceso de privatización y el traslado a su ámbito de las presiones que auténticamente se han ejercido sobre los procedimientos mediáticos tradicionales.
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